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Galletas caseras de vainilla con mermelada

galletas

El olor de unas galletas recién horneadas es sin duda, uno de los olores más entrañables, que nos evocan a recuerdos de la infancia.

¿A quién no le gusta unas auténticas y caseras galletas recién salidas del horno?
Seguro que en algún momento las has hecho o te has  planteado hacerlas.

¿Conoces la historia de las galletas?

Hace 10.000 años, nuestros antepasados nómadas descubrieron que una pasta de cereales que había sido sometida a calor, adquiría una consistencia similar al pan que permitía transportarla con mayor facilidad y que proporcionaban un gran aporte de energía.
Las galletas, tal y como las entendían en aquella época eran muy sencillas y apenas admitían variedad. Eran obleas planas y duras, cocidas dos veces.
Esto hace que la galleta sea considerada uno de los primeros alimentos cocinados.

Fue en la Edad Media cuando se generalizó el cultivo de cereales, aumentando la población y el consumo de galletas se extendió rápidamente, convirtiéndose en un alimento popular, especialmente entre campesinos y cruzados.

Hoy en día existen una gran variedad de tipos de galletas, con diferentes sabores y formas.

Hacer unas riquísimas galletas se ha convertido en muchos hogares, en una forma simpática y divertida de compartir momentos con la familia ya que podemos hacer partícipes de su elaboración a los más pequeños de la casa.

¿Quieres saber cómo elaborarlas?

En esta ocasión vamos a elaborar unas galletas de jengibre, ideal para las fiestas de Navidad, con un toque que las harán realmente… ¡IRRESISTIBLES!
Es una receta que siempre hemos elaborado en casa y es de una reconocida repostera española llamada Bea Roque.

INGREDIENTES
(para unas 25-50 galletas dependiendo del tamaño elegido del cortador)

  • 250 g de mantequilla
  • 125 g de azúcar blanco
  • 125 g de azúcar moreno
  • 350 g de miel
  • 1 cucharadita de bicarbonato
  • 1 huevo tamaño grande
  • 780 g de harina
  • 1 cucharada de jengibre en polvo
  • 1 cucharadita de vainilla líquida o en polvo
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada
  • 1/2 cucharadita de sal fina
  • Mermelada (al gusto)
  • azúcar glas para decorar

PREPARACIÓN

Comenzamos tamizando en un bol la harina, el bicarbonato, la canela molida, la sal, el jengibre y la nuez moscada. Todo lo que llamamos, productos secos.
Batimos la mantequilla a temperatura ambiente junto a el azúcar blanco y el moreno hasta que se forme una crema espumosa y de color blanquecino.
Iremos incorporando la miel y posteriormente el huevo. Continuamos mezclando hasta que los ingredientes se encuentren totalmente incorporados.

Añadimos la mezcla de productos secos poco a poco y vamos batiendo a velocidad baja hasta que comprobemos que se despeja del recipiente con facilidad.

Estiraremos la masa hasta dejar un grosor de medio cm. Podemos dividirla en dos porciones iguales.
Meteremos la masa en la nevera durante al menos 2 horas. Tras ese tiempo ya podemos proceder a cortarlas con la forma que queramos.

Tendremos precalentando el horno a 200 ºC.
Iremos dejando las galletas sobre una bandeja de horno cubiertas con papel de hornear.
Meterlas a hornear durante unos 6 minutos o hasta que comiencen a dorarse.

Después de que enfríen, podemos decorarlas con azúcar glas y después le daremos el toque esencial para el sabor y color perfectos. Le pondremos la mermelada que más nos guste. Una de las mermeladas de Campo y Tierra del Jerte, claro.

Truco:
Para que las galletas no pierdan su forma tras cortarlas, debemos meterlas nuevamente en el frigorífico durante 15 minutos y sacarlas directamente al horno.

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